Esta sección del blog va dirigida a los adolescentes y a todas las personas que les rodean, madres, padres, profesores, entrenadores… y por supuesto a todo aquel interesado en saber más sobre lo que pasa en nuestra mente y en nuestro cuerpo.
En este primer artículo, vamos a introduciros en algo que nos resulta realmente apasionante: cómo se produce en nosotros el proceso de toma de decisiones, algo que hacemos continuamente y de lo que tan poco sabemos. En el equipo de COACHINGdelmárketing, creemos que debemos conocer para poder entender; si conocemos cómo tomamos decisiones, entenderemos por qué las tomamos.
¿Has oído o leído alguna vez eso de que somos con un iceberg? Esta analogía hace referencia a que la parte consciente de la mente (la parte del iceberg que está en la superficie) es el 5% de ésta y el 95% restante es el inconsciente (la parte del iceberg que permanece bajo la superficie).
Siempre habíamos pensado que el inconsciente era algo muy útil para las cosas pequeñas como pestañear, el funcionamiento de los órganos, los reflejos… no pensábamos que pudiera ser el protagonista de la mayor parte de nuestro comportamiento pero la investigación nos demuestra que así es y que, como dice el Psicólogo John Bargh, quizás confiar únicamente en nuestra consciencia para resolver un problema no sea la mejor opción.
Para hacernos una idea de la magnitud de esta parte de nuestra mente y usando términos informáticos, sabemos que nuestro inconsciente puede gestionar 11.000.000 de bits de información por segundo y el consciente 50 bits por segundo. ¿Sabes lo que esto significa? Que desde que nacemos, en cada momento de nuestra vida estamos almacenando información del exterior e incluso de nuestro interior de la que no somos conscientes. ¿Cómo no va a influenciarnos esto a la hora de tomar decisiones?
Ante esto te puede surgir una pregunta: si no somos conscientes de esa información, ¿cómo la utilizamos? ¿Cómo se manifiesta?
Mediante las emociones. Las emociones son el termómetro para saber si la decisión que estamos tomando es acertada o no. Por simple que nos parezca, todo se reduce a lo siguiente: si te sientes bien significa que estás en armonía con tu esencia y que tu decisión es la correcta, si te sientes mal pregúntate qué no encaja. Es así de sencillo, sin embargo el camino hacia el conocimiento y posterior reconocimiento de nuestras propias emociones no lo es tanto. Necesitamos de un proceso consciente para identificar esas emociones y actuar en consecuencia cuando aparecen.
Es por esto que podemos decir que la toma de una decisión es un proceso inconsciente y la toma de una buena decisión es la suma de un proceso inconsciente seguido de un apoyo consciente.
Y aquí es donde te felicitamos:
te felicitamos a ti, adolescente, porque estás en plena efervescencia emocional, tus emociones están a flor de piel y eres quien mejor nos puede hablar de ellas, el único inconveniente es que te cuesta identificarlas, normal, es demasiada información sin ordenar, sólo necesitas una mano para organizarte.
Te felicitamos a ti, que tienes cerca a alguien en este momento vital porque tienes una oportunidad única de reaprender, de volver a sentir como sentiste cuando tenías esa edad y además aportarle a es@ chaval/a el valor añadido de la perspectiva que proporciona la experiencia.
¿No te parece una combinación inmejorable?
La mente inconsciente mueve lo que en P.N.L. (Programación Neurolingüística) llamamos el “para qué”, eso tan importante para darle sentido a nuestras decisiones, para construir nuestro camino hacia la satisfacción plena y la felicidad y nos habla de nuestras pasiones y habilidades (sabemos lo que nos gusta y nos hace sentir bien pero no sabemos por qué). La mente consciente se encarga de alinear esas pasiones y habilidades para llevarlas a la realidad de la sociedad actual y decidir en base a los recursos que tenemos.
¿Cómo traducimos todo esto al lenguaje de nuestro día a día, al día a día de los adolescentes? Pongamos un ejemplo:
“me encanta el deporte y se me da muy bien expresarme y enseñar a los demás (parte inconsciente), por lo tanto voy a estudiar Educación Física (parte consciente)”.
Sencillo, ¿verdad? Y si es tan sencillo, ¿por qué no lo consigo? ¿Por qué no me centro? Calma… no eres un bicho raro, a todos nos ha pasado simplemente porque nadie nos ha enseñado, pero afortunadamente cada vez son más accesibles técnicas como la P.N.L. (en la que creemos firmemente por haber experimentado los resultados) que nos dan las herramientas necesarias para trazar nuestro camino.
¿Empezamos a caminar?.
Yo soy Amaia González Llama, Coach con PNL, mi propósito es acompañar a los adolescentes a elegir su futuro y descubrir su talento, haciéndolo de la forma más adecuada para su entorno.
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