Nos hayamos insertados en tiempos confusos donde muchos miran hacia abajo y escurren el bulto ante la parálisis el miedo y la atenuante incertidumbre aunque sea de forma inconsciente dejándose llevar por la resonancia de información recurrente de crisis violencia y desesperanza.
Está claro en opinión propia, que le coraje para serrar estas ataduras y estos barrotes, es necesario aquí y ahora, «ya que el futuro depende de la fuerza impulsora del presente».
Permítanme relatar dos de mis experiencias formativas más recientes concernientes al título de este artículo:
Esta primera parte se refiere a la individualidad del yo. Decido disociarme de la toxicidad informativa aludida en el inicio de este artículo y trato de hacer una rearquitectura mental, en la que me pongo a cultivar mis conocimientos, a rodearme de ambientes proactivos, cultivo la técnica de las anclas de Pnl, me dejo llevar por la intuición.(por cierto la neurociencia ha descubierto una serie de neuronas encargadas de este sentido ya confirmado por esta ciencia) y voy identificando y desprendiéndome de antiguos programas que paralizan mi desarrollo y trato de generar nuevos pensamientos, nuevas emociones, nuevos sueños, nuevas actitudes, nuevas estrategias, nuevas conductas…
Con estas nuevas armas pacientes y herramientas, decido entregarme al mundo y compartir mis avances y estados de ánimo renovados.
Inserto y absorto en este proceso, tengo la oportunidad de dar formación a 23 personas a las que les transmito dicho proceso. Aquí es cuando experimentamos un nuevo paradigma, donde el ejemplo y el modelado que se ilustra en PNl (programación neurolingüística), esta actitud se expande y ya no es individual, sino colectiva, de esta forma comenzamos a experimentar espacios de libertad, donde las personas se reconectan con sus talentos esenciales y empiezo a percibir el poder del grupo con toda la fuerza de las individualidades y peculiaridades englobadas en esa unidad colectiva.
Esto es una verdadera revelación y empiezo a sentir esa magia que rebrota de las personas cuando se alinean con sus valores y no son títeres de una realidad programada, esto me sirve para anclar mi teoría aquí demostrada de que «la suma del talento es mucho más poderosa que las individualidades del ego».
Como ilustración tangible de lo aquí expuesto, debo expresar que por el momento 15 de las 16 personas participantes en mis cursos que estaban en paro han encontrado trabajo hasta el momento
¿Será por esta nueva energía de unidad colectiva?
“Súmate a esta revolución de la conciencia y desarrolla tu potencial”
“de la unidad al colectivo, del crecimiento personal al éxito del grupo”
Javier Gutiérrez Freire
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