«Lo primero que me motivó es que llevaba un equipo de personas y en las relaciones me daba la impresión de que faltaba algo.
Me ha ayudado con el equipo de ventas a organizarles planes de trabajo, a hacer equipo, a ser ideólogo dentro de tu equipo y hacerles ver a los demás que lo que estás proponiendo lleva a una meta.
El coaching de sombra es el entrenador, el que te hace ver las ideas pero luego los jugadores son los que tienen que realizar la jugada.»